domingo, 9 de diciembre de 2012

Arrecia la tormenta eléctrica

El ministerio prevé sacar de la tarifa protegida a siete millones de usuarios

Ni las empresas convencionales ni las renovables se muestran acordes con la fiscalidad propuesta


Arrecia la tormenta eléctrica, a la espera de que el proyecto de ley de medidas fiscales para la sostenibilidad energética llegue la próxima semana al Senado. La enmienda que plantea la subida del impuesto a las compañías desde el 6% al 7%, y la limitación de la propuesta para la aplicación del 'céntimo verde' al consumo de gas, de la que solo se beneficiarán determinados consumidores industriales, pero no los cogeneradores, ni la producción eléctrica, han exacerbado la oposición de las empresas.
 
Por otra parte, la compensación planteada para las compañías tradicionales, que consiste en sacar al mercado a los consumidores con más de 5 Kw de potencia contratada, va a complicar la vida a los usuarios. Aún no está decidida la fecha de aplicación, pero todo apunta a que siete millones de clientes se verán expulsados de la Tarifa de Último Recurso (TUR) y solo dispondrán de un plazo que algunas fuentes cifran en seis meses para decidir la empresa con la que contratar el servicio.
 
Nadie ha constatado, por ahora, que ese traspaso genere importantes ventajas. La Comisión Nacional de la Energía llegó a calcular que el ahorro podría suponer, para un cliente convencional, unos 24 euros al año en el mejor de los casos, y siempre que pudiera combinar ofertas de los suministradores de gas y electricidad.
 
Facua-Consumidores en Acción ha lamentado que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo esté estudiando rebajar la cobertura de la tarifa desde los 10 Kw actuales. El portavoz de Facua también advirtió de que hay comercializadoras que están «engañando a los consumidores» haciendo campañas puerta a puerta en la que les ofrecen precios menores en el mercado libre, que se traducen, en realidad, en facturas superiores a medio plazo.
 
Por añadidura, salir del régimen de la tarifa eléctrica no implica evadirse de la deuda acumulada. La herencia del déficit tarifario -más de 24.000 millones de euros- se paga a través de los peajes, una 'factura' que afecta a todos los consumidores, incluidos los del libre mercado.
 
Ninguno de los subsectores de la generación eléctrica se ha mostrado acorde con la nueva fiscalidad eléctrica, promovida por el Ministerio de Industria. A las protestas del segmento convencional se han sumado las de la Asociación Empresarial Eólica, de la Unión Española Fotovoltaica y de Protermosolar. Del malestar de las empresas da idea, por otra parte, la incertidumbre que pesa sobre la continuidad de la central nuclear de Garoña. Nuclenor, la empresa propietaria de la instalación, se ha planteado adelantar el cierre definitivo de sus instalaciones a mediados de este mes para sustraerse al pago del nuevo impuesto que tendría que abonar a partir del 1 de enero por la extracción del reactor del combustible gastado.
 
Motor económico
 
La memoria eléctrica, que recopila los datos de las empresas agrupadas en Unesa, ratifica que las compañías convencionales ya obtienen la mayor parte de sus ganancias de las actividades internacionales y de las no eléctricas. El peso de la actividad eléctrica nacional en su cifra de negocios se ha reducido de forma drástica, si bien en los dos últimos años, y como consecuencia de la crisis económica y del 'parón' inversor, esa tendencia se ha frenado. En 2011, el 63% de los ingresos procedía de otros negocios.
 
Más clara aún se presenta la distinción cuando se mide el resultado neto de explotación. En este caso, el peso relativo de las actividades no eléctricas y de las realizadas fuera de España ha aumentado significativamente. Si en el año 2000 era equivalente al 30% del total, en el ejercicio 2011 ya suponía casi el doble de esa proporción, al totalizar el 58%.
 
Frente a los cambios, las empresas agrupadas en Unesa han querido resaltar la función que desempeñan como motor de la economía española. Por eso destacan, en su memoria anual, el alto nivel de inversión que han seguido llevando a cabo. Pese a la difícil situación económica, las dificultades crediticias y los altos costes de financiación, estas compañías realizaron en 2011 unos desembolsos de 1.039 millones de euros en régimen ordinario y de 449 millones en renovables. Invirtieron, además 1.714 millones en la mejora y ampliación de líneas relacionadas con la actividad de distribución.
 
 
Fuente: laverdad.es

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