domingo, 18 de noviembre de 2012

Más carbón, a pesar de todo

La producción eléctrica con el mineral no deja de crecer pese al ajuste en las minas y cubre casi el 20% de la demanda nacional en 2012 con la quema de stock autóctono y crecientes importaciones

Las emisiones de CO2 se incrementan un 25% con las térmicas a pleno rendimiento


En el año de los recortes y las huelgas en la minería del carbón de España, el mineral ha recuperado su protagonismo en el mix de generación eléctrica. En lo que va de 2012, el carbón ha cubierto casi el 20% de la producción eléctrica en España, una cuota que no se había dado en el último lustro. La escasez de precipitaciones, el aumento del precio del gas y la aplicación del real decreto de 2010 que determina con carácter obligatorio el uso de mineral nacional (el procedimiento de resolución de restricciones por garantía de suministro aprobado por el Gobierno de Zapatero tras la reclamación de sindicatos y patronal minera) han contribuido a avivar el carbón y al mismo tiempo a disparar las emisiones de CO2, causantes del calentamiento de la atmósfera.

Según los datos que maneja Red Eléctrica de España, entre enero y octubre de este año, el carbón ha cubierto el 19,7% de la generación eléctrica del país. Sólo la energía nuclear, que generó el 22,6% de la electricidad, supera al mineral, y por detrás queda la energía eólica (17,2%), los ciclos combinados (14,3%), la hidráulica (7,1%) y el resto de fuentes de energía.

La escasez de precipitaciones (los pantanos en España están al 50% de su capacidad, doce puntos menos que el año anterior según los datos del último boletín hidrológico del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente), el aumento de los precios del gas (con inestabilidad política en varios países productores, entre ellos Libia, que ha dejado de suministrar a España) y la necesidad de cubrir las intermitencias de las energías renovables (principalmente la eólica) ha abierto el hueco para el carbón. Además, la quema de mineral autóctono ya estaba garantizada con la aplicación del real decreto que fija el procedimiento de resolución de restricciones por garantía de suministro, el mecanismo creado por el Gobierno de Zapatero para favorecer la quema del mineral que extraen las minas españolas y que también ha contribuido a que engorde el déficit de la tarifa eléctrica (aunque no tanto como la prioridad para las renovables y sus primas).

No obstante, el Gobierno de Rajoy también ha limado el real decreto del carbón y en el tercer trimestre del año redujo en casi un 30% el volumen máximo de producción eléctrica previsto en las centrales térmicas que queman mineral autóctono.

El pasado 8 de octubre, el Ministerio de Industria publicó la resolución en la que se fijan las cantidades de carbón, el volumen máximo de producción y los precios de retribución de la energía para el tercer trimestre de 2012 a aplicar en el proceso de resolución de restricciones por garantía de suministro. La resolución fija un volumen máximo de producción en las diez centrales térmicas acogidas al programa (entre ellas las asturianas de Soto de Ribera y Narcea) de 5.056,09 GWh que contrasta con los 7.169,11 GWh programados para el tercer trimestre en la resolución aprobada inicialmente para el conjunto de 2012. El recorte es del 29,47% y si se toman únicamente las dos centrales asturianas es del 35,37% (al pasar de los 978,43 GWh programados a 632,9).

El 31 de diciembre de 2011 el Ministerio de Industria publicó la resolución de 30 de diciembre que fijaba las cantidades de carbón, el volumen máximo de producción y los precios de retribución de la energía para todo el año 2012. Sin embargo, el mismo 30 de diciembre de 2011, el Gobierno de Rajoy también aprobó el Real Decreto-ley de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público, que en su disposición adicional décimo quinta establece que «excepcionalmente para el año 2012, las resoluciones por las que se determinan los precios de retribución de la energía, el volumen máximo de la producción que puede ser programado en el proceso de resolución de restricciones por garantía de suministro y las cantidades de carbón autóctono a adquirir por los titulares de las centrales para cada una de ellas se determinarán con carácter trimestral por resolución de la Secretaría de Estado de Energía». Es decir, la programación anual para 2012, aprobada en diciembre de 2011, quedaba condicionada a las decisiones para cada trimestre de Industria.

Además, el Real Decreto-ley aprobado por el Gobierno el pasado 30 de marzo por el que se transponen directivas en materia de mercados interiores de electricidad y gas y por el que se adoptan medidas para la corrección de las desviaciones por desajustes entre los costes e ingresos de los sectores eléctrico y gasista, establece en su artículo 11 «la aplicación del mecanismo de restricciones por garantía de suministro que, con carácter excepcional en el año 2012, reduce en un 10 por ciento el volumen máximo previsto para dicho año en la Resolución de 30 de diciembre de 2011». Al aprobarse ese decreto a finales marzo, todo el recorte de producción se ha trasladado al último semestre del año y de ahí que en el tercer trimestre se haya reducido en casi un 30% con respecto al año pasado.
En ese contexto, llama la atención que la producción eléctrica con carbón haya aumentado en lo que va de 2012 y más teniendo en cuenta el tijeretazo en las ayudas a la extracción de carbón en las minas (se han recortado las subvenciones a las empresas en un 64% y la producción respaldada con ayudas en un 23%) y la huelga sectorial que paralizó las explotaciones durante los meses de junio y julio del pasado año. Sin embargo, las térmicas que queman mineral nacional (con la excepción de La Pereda, propiedad de Hunosa y que paró por la huelga) siguieron consumiendo mineral autóctono procedente de los stocks acumulados en las térmicas, en las minas privadas y en el Almacén Estratégico Temporal. La gestión de ese almacén fue encomendada por el Gobierno a la empresa estatal Hunosa en julio de 2009 para acabar con el problema de stock de carbón nacional tanto en las minas como en las centrales térmicas en un momento que las eléctricas dejaron de consumir mineral nacional porque no había incentivos (sin ayudas al consumo las empresas se decantaban por otras fuentes). Posteriormente, en octubre de 2010, se aprobó el real decreto que asegura el consumo de carbón autóctono en las térmicas, con lo que Hunosa comenzó a vender el mineral almacenado que había tenido que adquirir a las empresas mineras privadas. El pasado año, según fuentes de la SEPI, Hunosa obtuvo 50 millones de euros con esas ventas.

El stock de mineral garantizó el funcionamiento de las centrales durante el conflicto que paralizó la actividad minera el pasado verano, pero llama la atención que, por ejemplo, en el mes de junio, con las minas cerradas, el carbón aportara el 23% de la generación del mes, por encima incluso de la nuclear. Esa producción no se consigue con las diez centrales que queman mineral autóctono a pleno rendimiento. Ahí entran las centrales térmicas que funcionan principalmente con carbón de importación.

Según los datos que maneja la patronal minera Carbunión, entre enero y junio España importó 10.270.501 toneladas de carbón (9.004.982 toneladas de carbón térmico, 1.093.092 de siderúrgico y 172.427 de antracita). La cifra es un 59,14 por ciento superior a las 6.453.469 toneladas de carbón que se importaron durante el primer semestre de 2011, año que se cerró con unas compras de 16.097.895 toneladas de carbón extranjero. En comparación con esos datos, durante el pasado año, según el Ministerio de Industria, en España se extrajeron 9.686.619 toneladas de carbón autóctono, de ellas 3.473.290 en Asturias. Sin embargo, en el primer semestre del presente año, en la región, se extrajeron sólo 970.049 toneladas de carbón, según los datos que maneja la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), lo que muestra los efectos del ajuste en el sector y de la huelga.

Las centrales térmicas que queman principalmente mineral de importación habían estado aletargadas durante el pasado año (el ejemplo más cercano es el de la central térmica de Iberdrola en Lada) y ahora vuelven a funcionar a pleno rendimiento, lo que está disparando la importación de carbones, sobre todo procedentes de Colombia, Indonesia, Rusia, Sudáfrica, Estados Unidos, Australia y Ucrania. No obstante, algunas de estas adquisiciones tienen un carácter especulativo. Así , Goldman Sachs, uno de los principales nombres del mundo en la banca de inversión, almacena en el puerto de El Musel de Gijón 156.000 toneladas de carbón colombiano (con previsión de llegar a las 300.000 toneladas y ampliable hasta las 600.000) para vender en el mercado de futuros (se espera una subida del precio).
Las importaciones de carbón aumentan, pero desde la patronal minera Carbunión se argumenta que el mineral extranjero no puede sustituir de golpe al carbón nacional. Destacan que las centrales consumen carbón nacional mezclado con carbón importado en una proporción característica de cada central que varía entre el 40% y 60% o viceversa. «Modificar la mezcla implica parar la central durante un año y hacer inversiones de entre 50 y 300 millones de euros en cada grupo térmico», señalan desde la patronal minera para destacar la dificultad de la operación y las consecuencias que tendría la desconexión de las centrales térmicas de carbón autóctono para garantizar la seguridad del suministro eléctrico. Sin embargo, precisamente esa operación la realizó Iberdrola con el grupo IV de la central térmica de Lada, en Langreo, en 2008, que dejó de consumir mineral autóctono.

Carbunión defiende la «sostenibilidad» del carbón nacional argumentando principalmente que asegura el correcto funcionamiento del sistema eléctrico nacional, que evita las importaciones de más combustibles y que genera «empleo de calidad».
Lo que de momento no se puede garantizar es que la quema de carbón no genere emisiones de CO2 (la captura de este gas en España no ha pasado de las plantas experimentales) que calienten la atmósfera y contribuyan al cambio climático. Durante el pasado año, cuando ya se produjo un aumento de la producción eléctrica con carbón en España (pasó del 8% de la generación al 15% por la aplicación del decreto que incentiva su consumo), las emisiones de CO2 del sector eléctrico se incrementaron en un 25% (73 millones de toneladas más según Red Eléctrica de España).

Sin embargo, la caída de los precios del CO2 también ha contribuido al aumento de la producción eléctrica con carbón. El sistema comunitario de comercio de derechos de emisión no ha estado a la altura de lo que prometía. Este mecanismo asigna una cantidad limitada de derechos de emisión de gases de efecto invernadero a las empresas, incluidas las que producen energía. Si esas compañías reducen la cantidad de sus emisiones pueden vender sus derechos no usados a empresas que hayan superado su tope. En el escenario previsto, el carbón no habría tenido ninguna oportunidad de subsistir como fuente de energía frente al gas natural, tres veces menos contaminante en lo que se refiere al CO2 . Pero los creadores del sistema comunitario de comercio de derechos de emisión no previeron que Europa iba a hundirse en una crisis económica que ha reducido considerablemente la demanda de electricidad y la actividad en sectores como, por ejemplo, el cementero, intensivo en emisiones. Así, los productores de energía eléctrica se han encontrado con derechos de emisión no utilizados, con lo que los precios han caído.

Ese contexto también ha favorecido la producción eléctrica con carbón. Eso sí, desde Carbunión destacan, en los foros a los que asisten, que el carbón importado emite más CO2 que el nacional. Partiendo de la base que en la combustión emiten lo mismo, señalan que hay que tener en cuenta el consumo energético y las emisiones de los barcos que transportan el mineral a puerto y el transporte desde los puertos a las centrales, una distancia que suele ser mayor que la que hay entre las minas nacionales y las térmicas. «El carbón importado emite un 6% más de CO2 que el nacional», según calculan desde Carbunión en su cruzada por evitar que la llama de carbón autóctono se apague.


Fuente: lne.es

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