Ayer, hubo intensas reuniones en Unesa, que agrupa a Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa, Viesgo (ahora E.ON) y HC Energía (la antigua Hidrocantábrico, propiedad de EDP). Unesa ha decidido hacer piña (algo que no es habitual) y elaborar una declaración consensuada entre todas las compañías para llevársela al Ministerio de Industria esta semana.
Industria había convocado, al máximo nivel, a los responsables de las eléctricas para este jueves. Finalmente, la reunión se ha aplazado hasta el viernes para que las eléctricas tengan tiempo de elaborar ese documento, muy crítico contra las pretensiones del Gobierno de Zapatero de utilizar la factura eléctrica como vía de salvamento de la deficitaria y poco competitiva minería española del carbón.
A la reunión del viernes está previsto que acudan los presidentes y consejeros delegados de las compañías, y que se reúnan con el secretario de Estado, Pedro Marín. Tal como adelantó EXPANSIÓN el pasado día 16 de septiembre, la semana pasada Marín ya se reunió con los máximos responsables de las eléctricas.
Situación angustiosaBajo la excusa de una primera toma de contacto tras las vacaciones, en esa reunión el Gobierno invitó a las compañías a seguir comprando carbón nacional para quemarlo en sus centrales, ante la angustiosa situación de la minería nacional, gran parte de la cual se encuentra en la cuencaastur-leonesa, zona de procedencia de Zapatero.
Las eléctricas dejaron de comprar carbón nacional a lo largo del verano, por su escasa competitividad en precios. Esa drástica decisión estuvo motivada por el descenso del consumo de luz en España a consecuencia de la crisis, con caídas del 5% hasta septiembre, que ha obligado a parar varias centrales térmicas, las más caras.
Tras la invitación del Gobierno, que fue rechazada por las eléctricas, Industria llegó a plantear incentivar el uso de carbón en las centrales, al modo de las energías renovables. El problema es que cualquier incentivo al uso del carbón vía eléctricas repercutiría en la factura de la luz.
Situación angustiosa
Bajo la excusa de una primera toma de contacto tras las vacaciones, en esa reunión el Gobierno invitó a las compañías a seguir comprando carbón nacional para quemarlo en sus centrales, ante la angustiosa situación de la minería nacional, gran parte de la cual se encuentra en la cuencaastur-leonesa, zona de procedencia de Zapatero.
Las eléctricas dejaron de comprar carbón nacional a lo largo del verano, por su escasa competitividad en precios. Esa drástica decisión estuvo motivada por el descenso del consumo de luz en España a consecuencia de la crisis, con caídas del 5% hasta septiembre, que ha obligado a parar varias centrales térmicas, las más caras.
Tras la invitación del Gobierno, que fue rechazada por las eléctricas, Industria llegó a plantear incentivar el uso de carbón en las centrales, al modo de las energías renovables. El problema es que cualquier incentivo al uso del carbón vía eléctricas repercutiría en la factura de la luz.
Solución global
El documento de Unesa trabaja con ideas muy críticas para neutralizar cualquier subvención al uso del carbón a costa de desvirtuar el libre mercado del sistema eléctrico y sobrecargarlo con costes artificiales. “La propuesta supondría una manipulación del mercado”, es uno de los argumentos. Las eléctricas se opondrán taxativamente a un planteamiento así, por considerarlo “inaceptable”. Las compañías piensan que no se puede andar poniendo parches sin una visión de conjunto, porque el remedio puede ser peor que la enfermedad.
“El sector presenta más problemas, además del carbón, y cualquier solución para el mercado de la energía tiene que tratarse de forma global”, consideran. Las eléctricas no están dispuestas a ceder ante Industria en la batalla del carbón si no se plantean soluciones a otros problemas. ¿Qué pasaría con el gas? ¿Y con el déficit de tarifa? ¿Y con los precios de la luz? Industria ya dio un paso este año en la subida de precios, pero se quedó muy lejos de lo que querían las eléctricas.
La delicada encrucijada minera de Zapatero
Sólo con altas dosis de política electoral se podría entender que, por la mañana, un Gobierno pregone su fanática apuesta por las energías renovables no contaminantes y, por la tarde, apremie a las eléctricas a quemar carbón en las centrales para no hundir la industria minera nacional. Durante estos días, la delicada situación del carbón nacional ha vuelto a la actualidad, y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se empeña en salir ileso de la encrucijada.
Mientras Industria se reúne con las eléctricas también lo hace con los mineros. Ayer tuvo una reunión extraordinaria con los componentes de la comisión de seguimiento del Plan del Carbón 2006-2012 (empresas y sindicatos). Industria busca una solución de continuidad más allá del arreglo transitorio diseñado para 2009 por el Gobierno, que consiste en la compra, por la estatal Hunosa, de la producción para el almacenamiento temporal del carbón. Al cierre de esta edición, la reunión seguía.
Fuente: expansion.com
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