La asociación española de empresas con gran consumo de energía (AEGE) se niega a dar por cerrado el debate sobre el precio al que las industrias deben pagar la electricidad en España por más que las tres compañías que más kilovatios consumen al año -las tres con fábricas en Avilés: Asturiana de Zinc, Arcelor y Alcoa- hayan pactado una tarifa bonificada que les asegura precios inferiores a 40 euros durante los próximos años. AEGE respeta la independencia con que han actuado Asturiana de Zinc, Arcelor y Alcoa para aclarar su futuro eléctrico a corto y medio plazo, pero en opinión de esta entidad que funciona como un lobby de la gran y mediana industria española, la «crisis del kilovatio» se ha cerrado en falso. Como dice el dicho: «Pan para hoy...».
El vicepresidente ejecutivo de AEGE, Javier Penacho, al habla ayer con este diario desde Madrid, fue tajante: «Con o sin G4 (la extinta tarifa bonificada que garantizaba precios mínimos de la electricidad a las grandes compañías consumidoras), con o sin acuerdos individuales, la industria española -y no digamos firmas como AZSA y Alcoa- necesita poder pagar la energía eléctrica al precio internacional. Si no es así estarán en una posición de desventaja competitiva y, tarde o temprano, habrá problemas». Esos no serían otros, vaticina Penacho, que el cierre de fábricas, el traslado de la producción a otros territorios donde el precio de luz resulte más ventajoso o penalizaciones en términos de inversión (en la presunción de que los aumentos de capacidad se aprobarían para países con la electricidad más barata).
El convencimiento de que los deberes en materia eléctrica aún siguen sin hacer en España, por más que tres empresas hayan logrado sacar estos días la cabeza del pozo, tiene que ver, según Penacho, con la «ausencia de auténtica competencia entre las eléctricas, lo cual convierte en una pantomima la supuesta liberalización del mercado» y, sobre todo, con «la dificultad que vienen mostrando los sucesivos ministros para entender que la electricidad, a diferencia de para el consumidor doméstico, para la industria es una materia prima y como tal, un factor de competitividad».
Desde AEGE se asegura que las empresas de gran consumo eléctrico tienen «toda la disposición» a explorar fórmulas para mejorar la gestión de la red y favorecer el consumo racional de electricidad. Penacho cuenta cómo, por ejemplo, se podría acortar la brutal diferencia que existe entre la demanda nocturna o la diurna y destaca la posibilidad que tienen ciertas industrias de interrumpir su consumo en momentos de alta demanda doméstica (concepto de interrumpibilidad del suministro). A cambio de contribuir esa mayor eficiencia del sistema, los asociados de AEGE piden compensaciones -«que no subvenciones», matiza Penacho.
El responsable de AEGE insta al Gobierno a abrir un gran debate al respecto de estos temas precisamente ahora, cuando debido a la crisis se alzan tantas voces favorables a la revisión del modelo económico. «Si la industria ha de ser un pilar de la futura economía española, necesita disponer de suministro eléctrico competitivo», concluye Javier Penacho.
Fuente: lne.es
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