miércoles, 3 de febrero de 2010

600 vecinos de Donostia ahorran energía gracias a la cogeneración

Disponen de calefacción y agua caliente centrales a bajo precio y venden a Iberdrola la electricidad sobrante. Han sustituido una central térmica por un potente motor de gas

Una comunidad de propietarios de viviendas en el barrio donostiarra de Aiete es pionera en todo el Estado español en cogeneración. Es decir, en proveerse de calor, tanto de calefacción como de agua caliente, gracias a un motor de un megawatio (un millón de watios) instalado en la misma urbanización que funciona con gas natural. La electricidad generada es introducida en la red, por la que Iberdrola abona 12 céntimos por kilowatio, algo más de lo que perciben otro tipo de instalaciones de energía renovable, como las solares y eólicas que aportan electricidad, precisamente por ser un sistema de cogeneración. Este método abastece a una comunidad de 586 viviendas, de las aproximadamente dos mil que hay en la zona de Bidebieta II-Bera Bera.


«Se trata de eficacia económica y eficiencia energética», recalca Juantxo Sabadie, presidente de la cooperativa vecinal Ur Beroa, en la presentación a los medios de este nuevo sistema que se inauguró el pasado noviembre. Recordó a este periódico que la cooperativa nació en 1985 en torno a una central térmica que proveía de agua caliente y calefacción por medio de derivados del petróleo. «Cuando se incrementaron los precios y la factura era desorbitada, en el año 2004, pensamos que se debía hacer algo».


Así que en el año 2007 un ingeniero de la comunidad habló de la cogeneración y explicó de qué se trataba. «El consejo rector de la comunidad, formada por nueve personas, aprobamos reconvertir la central y lo ratificó una amplia mayoría de la asamblea de cooperativistas. Tardamos dos años, trabajando intensamente», recuerda Sabadie.

Un gasto recompensado

El presupuesto fue de 1.321.000 euros. El 14,5% lo aportó el Ente Vasco de Energía (EVE); otro 10% lo pusieron los cooperativistas y el 75,5% restante fue un préstamo del Instituto de Crédito Oficial gestionado a través de La Caixa, que tiene un departamento de eficiencia energética. «Los cálculos que hacemos es que en dos años podemos devolver el crédito gracias a lo que percibimos de Iberdrola por aportar electricidad a la red general».

A partir de ahora, todo es ahorro. Sabadie echa cuentas y señala que un piso de unos 100 m2 de media paga de agua caliente y calefacción unos 150 euros al mes durante los nueve meses fríos. En verano, mucho menos. «Somos la única comunidad de vecinos en todo el Estado que disponemos de un sistema de cogeneración. Es habitual entre empresas, pero no entre vecinos. Sé que hay proyectos similares en otros territorios y comunidades, pero el nuestro es el primero y ya está en marcha desde el 19 de noviembre», resume feliz Juantxo Sabadie. También señala que su cooperativa está abierta al resto de vecinos de la urbanización, siempre que se incorporen por comunidades para facilitar la distribución del agua caliente y la calefacción. «A partir de dentro de dos años, cuando paguemos el préstamo, los costos se reducirán y podremos ir rebajando la factura por agua caliente y calefacción».

Además, el motor de cogeneración reduce la emisión de gas CO2 a la atmósfera. «Calculamos que evitamos arrojar al medio ambiente unas 1.214 toneladas anuales de gases». En su andadura no han estado solos. Con la cooperativa Ur Beroa han colaborado la empresa guipuzcoana de ingeniería Giroa, que ha realizado el proyecto y toda la instalación, y la vizcaína Exergia XXI, que ha realizado el estudio del plan de viabilidad de todo el proyecto. El suministro de calefacción centralizada corre a cargo de la empresa District Heating.

Canalización subterránea

Para hacerse una idea del funcionamiento, Ur Beroa explica en un informe que la central está formada por tres calderas de gas natural que generan agua caliente a 90º y que se distribuye a siete subcentrales. Cada una de éstas corresponde a grupos de viviendas diferentes por su orientación y amplitud.

Cada subcentral dispone de un grupo de intercambiadores para calefacción y agua caliente, que luego distribuyen a las viviendas. Todo el sistema está telegestionado de manera que cada zona de viviendas -pisos de diferentes medidas y villas- tiene consignado sus propias temperaturas según sus necesidades.

La red de distribución tiene casi dos kilómetros enterrada y 1.240 en las viviendas. Y son bastantes las comunidades de vecinos vascas y de otras autonomías las que se han interesado por su funcionamiento y, sobre todo, por la reducción de costes al prescindir de los derivados del petróleo.

Fuente: diariovasco.com

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