Faltan sólo 36 días para que el mercado regulado de la tarifa eléctrica desaparezca y el consumidor balear deba elegir entre diferentes compañías que compartirán la tarta eléctrica con Gesa-Endesa. Y hay prisa, si el cliente no elige nueva compañía antes del 1 de julio, se aplicará la Tarifa de Último Recurso (TUR), es decir, la más alta del mercado.
La medida impuesta por el Ministerio de Industria y Energía está levantando ampollas antes de que se aplique. La Associació d'Empresaris d'Instalacions Elèctriques i de Telecomunicacions de Mallorca (Asinem) denuncia que aquellos consumidores que no elijan compañía se quedarán con la TUR, que es "entre un 20 y un 30 porciento más cara". En Balears, la compañía por defecto sería Endesa Energía XXI.
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Asinem denuncia que "hay más de 30 comercializadoras de energía entre las que tienen que elegir los clientes de Balears, pero aún no se ha hecho propaganda". Lo único que se percibe es la llegada de algunas cartas por parte de Gesa-Endesa advirtiendo de la entrada en vigor del mercado libre.
Desde Gesa reconocen que el incremento de la factura podría ser del 5 por ciento, aunque para los clientes de más de 10kW contratados (que suelen ser grandes consumidores de energía). Gesa, que contará con su propia tarifa libre para competir, ha creado un retén para informar a los más de 540.000 clientes balears que no han decidido.
Al final, la liberalización de la electricidad sería igual que la de los teléfonos móviles: habrá que ir compañía por compañía (y son más de 30 en España) para conocer las tarifas más convenientes.
En cuanto al Bono Social, con precios más bajos para parados y pensionistas, pasará a aplicarse también el 1 de julio, aunque no se saben las condiciones. Sólo que es para hogares de menos de 3kW, es decir, sólo luz corriente y pequeños electrodomésticos.
LA SEGUNDA SUBIDA DE TARIFAS TRAS EL SUSTO DE ENERO
Con enero llegó la polémica de la luz: subían las tarifas, hubo una ola de frío y, por primera vez, llegaba la factura cada mes aunque la lectura era bimensual. El embrollo entre lectura real y estimada de los contadores se saldó con un buen número de consumidores enfadados, pero el caso es que las tarifas siguieron igual de altas.
Sólo seis meses después llega el obligado cambio de tarifa eléctrica bajo la amenaza de un nuevo encarecimiento de la factura. La competencia entre distribuidoras eléctricas podría suponer una rebaja del precio final, pero el consumidor aún no tiene información con qué comparar.
Fuente: ADN.es
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