La última sugerencia de la CNE, a finales del pasado año, pasaba por subir el recibo de la luz un 30%, atendiendo a las peticiones de las principales compañías energéticas, a quienes el Gobierno reclamó un cálculo de lo que tendría que costar la luz para no seguir engordando el déficit de tarifa (diferencia entre lo que se recauda por la electricidad y lo que cuesta producirla).
La razón de este giro copernicano en la Comisión no es otra que la crisis. El actual contexto de recesión económica no hace recomendable, según los técnicos, un nuevo estirón en los recibos de la luz, que ya subieron un 3,5% el pasado enero y acumulan un aumento del 40% en los últimos cinco años.
Además, la CNE estima que el impacto negativo de la caída de la demanda es otra razón de peso para mantener inalterable la tarifa en abril. El informe insiste, no obstante, en que las tarifas de acceso son «insuficientes» para cubrir los costes.
La comisión propone una bajada del 23,9% para el gas natural, pero solamente a efectos informativos, ya que aún no dispone de los últimos datos de cotización de derivados de petróleo y tipo de cambio en marzo.
En cuanto al gas butano, el regulador calcula que en el segundo trimestre debería bajar un 22,44%, en la misma proporción a la adelantada recientemente por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, durante una comparecencia en el Congreso. Sebastián ya afirmó que no pretende subir el recibo de la luz en abril, pendiente de la liberación del mercado, el 1 de julio.
Fuente: lavozdegalicia.es
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