El próximo 1 de julio puede traer consigo un ajuste adicional para el bolsillo de los consumidores. El Gobierno está barajando aplicar una nueva subida al recibo de la electricidad. Se da la circunstancia de que ese mismo día se pone en marcha también el alza del IVA, que en el caso de la factura de la luz provocará un encarecimiento directo del 2%, como consecuencia de que el impuesto sobre el valor añadido pasa del 16% al 18%.
El secretario de Estado de Energía Pedro Marín eludió ayer cuantificar el porcentaje de subida que tendrán que asumir los consumidores el próximo mes de julio, pero aclaró que para determinarlo quedan por conocer muchos de los factores que componen la tarifa.
«No hay todavía una previsión de cuál va a ser el alza final», afirmó. En el cálculo del coste final participan tanto las tarifas de acceso, que recogen la retribución a las infraestructuras eléctricas, como el coste de la energía, que se determinará a través de la subasta prevista a finales de junio.
Una factura opaca
Por su parte, la presidenta de la Comisión Nacional del a Energía, Maite Costa, reconocía durante su intervención en un desayuno organizado por el Foro de la Nueva Energía, que la mala situación de la economía así como la dificultad de los consumidores para asumir nuevas subidas de precios hacen esperar que el Ejecutivo apruebe un incremento «limitado» en julio, lejos del 30% que el organismo supervisor recomendó el año pasado como forma de subsanar el déficit de tarifa que arrastra el sistema eléctrico.Esto es, la diferencia entre lo que pagan los clientes y lo que cuesta generar y distribuir la electricidad en España.Asimismo, criticó la «opacidad» del actual recibo de la luz, que dificulta que el consumidor doméstico esté bien informado y recomendó que se revise la actual factura.
Costa puso, además, el dedo en la llaga al afirmar que en 2007, cuando el Gobierno lanzó el real decreto 661 con los incentivos a las renovables, la Comisión Nacional de Energía hizo una propuesta de primas «más moderada» que la que recoge la ley. De haber hecho caso al organismo supervisor el sistema «se habría ahorrado 400 millones de euros al año».
Las primas, en el punto de mira Con estos argumentos la presidenta de la CNE se mostró partidaria de aplicar «criterios de racionalidad» en las primas a las energías a las renovables para reordenar la actual situación «insostenible» del sector.
En línea con los argumentos que sostiene el Ministerio de Industria, el organismo supervisor considera necesario ponderar «lo que aporta una tecnología al sistema y lo que le cuesta». «El 43% de la prima se la lleva la solar, que tiene muy poca aportación al sistema y que cuesta más que la eólica, pese a tener 3.000 megavatios (MW), frente a los 18.000 MW de la segunda», dijo.
De hecho, el Ministerio de Industria está inmerso en una batalla con el sector renovable para rebajar el coste de las primas que perciben este tipo de tecnologías. Precisamente, el argumento que esgrime el equipo de Miguel Sebastián para acometer esta reforma es que evitará subidas adicionales en el recibo de la luz. Estos incentivos, que superaron el año pasado los 6.000 millones de euros, se pagan vía tarifa eléctrica, y aumentan cada año.
Fuente: ABC.es
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